Su presentación contó con 1,6 millones de personas en la calurosa playa de Copacabana en Río de Janeiro y fue el cierre de su “The Celebration Tour”.
La diva del pop Madonna, a sus 65 años, se presentó en la noche del sábado en la calurosa playa de Copacabana en Río de Janeiro (Brasil) ante 1,6 millones de personas, según los organizadores.
Con esa presentación cerró su The Celebration Tour y no pasó para nada desapercibida, al mezclar su música con una interpretación que muchos calificaron de “vulgar”.
El concierto comenzó a las 10:30 de la noche cuando la diva apareció por una pasarela elevada desde el emblemático hotel Copacabana Palace, donde se aloja desde que llegó el lunes a la ciudad.
Su asombroso talento musical lo acompañó con escenografía que la gente catalogó como “grotesca” al pasar de ser una colegiala sexualizada con minifalda a católica irreverente con una capa negra mientras cruces iluminadas daban vueltas alrededor al interpretar Like a Prayer, un tema que le costó la excomulgación de la Iglesia Católica.
A este acto se le sumaron coreografías haciendo alusión a la masturbación y mandalas humanos de bailarines que emitieron sensuales gemidos sobre música electrónica. En una de las intervenciones, le agradeció a Río de Janeiro por amar hasta su pussy (vagina, en inglés).
Las personas que asistieron al concierto catalogaron su presentación con palabras como “sexo lésbico”, “sexo anal y oral con Anitta” (la cantante) y otras más palabras que aluden a escenas sexualizadas.