
Si los funcionarios públicos en Colombia conocieran un mínimo de la historia del país, las instituciones públicas podrían ahorrarse cientos de miles de millones de pesos a la hora de planificar las obras y llevar a cabo su construcción. La ignorancia histórica de los funcionarios a cargo del desarrollo de la infraestructura es una de las causas por las cuales las obras nunca se terminan.
La Transversal del Carare es un vivo ejemplo de ello, ya que a todo el gobierno nacional le dio por desconocer desde hace décadas que esa parte de la región santandereana es una barrera geográfica de selvas, ríos, cerros y montañas descrita con toda claridad desde los siglos XVI y XVII por los cronistas españoles.
Si tan solo se hubiesen tomado el tiempo de hacer un análisis detallado de la composición física de ese vasto terreno y las narraciones de lo insufrible que es atravesarlo, no estarían hoy en día construyendo una carretera por encima de 10 fallas geológicas condenando a todo un pueblo al más inmisericorde sufrimiento.
Razón tenía Ovidio Ariza Ballén cuando escribió en su trabajo de grado para optar por el título de abogado en la Universidad Nacional de Colombia, que el grado de funcionalidad y accesibilidad de las regiones está dado en gran medida por el estado de su infraestructura vial y, si bien es cierto, es una verdad de a puño en cualquier región del país, vale la pena resaltarlo en referencia a un territorio donde se gastaban tres días para llegar hasta Vélez en la época colonial cuando hoy ni siquiera hay paso.
Oviedo Ariza recogió en su trabajo académico uno de los testimonios más importantes para entender el origen de una de las mayores vergüenzas viales del departamento en toda su historia: “primero se trazó el ferrocarril del Carare y luego se empezó con el asunto de la carretera por el mismo trazo de la vía férrea gracias al señor Pablo Vanegas (Superintendente del ministerio de obras públicas). Luego vinieron unos ingenieros y entre ellos un doctor Ortíz que era de política conservadora, cuando la mayoría de los dirigentes en Landázuri eran liberales. Hubo una discusión entre ellos y el doctor Ortíz les dijo “aquí les voy a frenar el pueblo” y dejó el trazado donde la montaña se desliza por la erosión dejando en peligro al pueblo”.
Lo increíble de este testimonio, es que esa discusión de la cual se habla se dio en el año de 1928 y, 94 años después, la carretera sigue en ese mismo trazado y los derrumbes cada día son peores ¿Será que al director del Invias, a los alcaldes del municipio, a los Gobernadores de Santander y a los Ministros de Transporte les cuesta mucho leer la historia de las regiones que dirigen y gobiernan? Si actuaran de una manera diferente, investigando la memoria histórica de los pueblos y escuchando a la gente en sus territorios, nuestro país sería otro y la Transversal del Carare ya sería una realidad ¿Cuándo entenderán que no se puede gobernar desde el sofá de una oficina?
Tomado: elfrente.com.co
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