En el municipio La Esperanza (Norte de Santander), la Asociación de Mujeres Emprendedoras de Vida y víctimas del conflicto armado lideran un proyecto que se consolida como una fuente de empleo y crecimiento económico.
Se trata de un vivero comercial de producción y comercialización de material vegetal de cacao, aguacate, forestales y ornamentales que cuenta con un potencial de 80 mil plantas al año y asistencia técnica integral que comprende los componentes psicosocial, empresarial y técnico ambiental.
Este proyecto, cuya inversión alcanza los $240 millones, beneficia a 25 mujeres de la asociación que iniciaron el proceso comercial con la venta de 5 mil semillas que fueron entregadas en el desarrollo del proyecto para su fortalecimiento. El vivero cuenta con una instalación metálica, polisombra, bodega, baños, materiales, herramientas y equipos. Se encuentra ubicado en la vía principal del municipio.
Según la directora de la Unidad para las Víctimas en Norte de Santander y Arauca, Johanna Gelvez Ascanio, la iniciativa corresponde a la primera fase del proyecto “Emprendiendo Sueños” que se implementa en articulación con el Programa de Desarrollo de las Naciones Unidas (PNUD), el Ministerio de Trabajo y la Unidad para las Víctimas, en el marco del programa rutas integrales de empleo rural y urbano para la población afectada por la violencia con enfoque de género.
“Es una iniciativa que se creó con el esfuerzo de muchas mujeres. Estamos capacitadas para cultivar, cuidar y sembrar plantas. Ahora se están sembrando 15 mil semillas de palma y se van a comprar semillas ornamentales. Muchas mujeres se van a beneficiar con empleo”, dijo Rocío del Pilar Pérez Ortiz, coordinadora de la Mesa de Participación Efectiva de La Esperanza y miembro del comité de impulso del sujeto de reparación colectiva.
La iniciativa busca rescatar el agro, devolver la confianza en el campo y generar un proceso de reconstrucción del tejido social con escenarios de participación, convivencia y reconciliación para la construcción de paz.