En septiembre cambiará la realidad social y económica frente al COVID-19 en Santander.
Teniendo en cuenta que la Gobernación de Santander tomó la decisión de reactivar el sector del turismo y abrir los viajes intermunicipales entre otras medidas como el acceso a gimnasios y restaurantes que empezarán a operar desde el primero de septiembre, varios epidemiólogos y economistas coinciden en que estos procesos deben tener precauciones estrictas para no tener un aumento acelerado de muertes por COVID-19.
“Todo lo que se haga ahora se verá reflejado dentro de dos o tres semanas en el aumento de casos de contagio que en el pico de la pandemia en esta región que puede llegar a presentar hasta 1.500 casos de coronavirus diarios en Santander, esto desde luego se verá reflejado también en los muertos por el virus, por eso es muy importante seguir y exigir las normas de bioseguridad”, afirmó el epidemiólogo de la UIS, Javier Idrovo.
Para el experto es importante estar pendiente de municipios como Barrancabermeja que ha tomado decisiones fuertes, de igual forma Málaga y Vetas, porque han tenido decisiones diferenciadas y tendrían que manejarse de una forma especial.
Por su parte la economista Alexandra Cortes, docente de la UIS e integrante del programa ‘Bucaramanga Cómo Vamos’ explicó que reabrir en este momento debe ser un proceso prudente.
“Debemos ser muy cautelosos a la hora de pensar la reapertura, la cosa es que es un riesgo que tenemos que correr, pero entonces generemos estrategias para que el riesgo se disminuya un poquito”, agregó la docente.
Para los expertos los restaurantes y los hoteles necesitan abrir porque son empresas que mueven la economía del turismo, sin embargo, se debe tener mucho cuidado porque Bucaramanga está en un momento distinto de la pandemia en comparación con Bogotá, Medellín o Barranquilla, donde ya se superaron momentos criticos y eso hace que la reactivación económica sea diferente.