En el cerco epidemiológico desarrollado por la Secretaría de Salud Departamental, los dos nuevos contagiados no habrían tenido contacto con nadie en el municipio, por lo que no se practicarán más pruebas por el caso.

Aunque en el reporte departamental San Gil figuraba hasta el cierre de esta edición aún como un municipio sin casos positivos de COVID-19, la realidad es otra. Dos personas que llegaron desde Barranquilla el pasado 9 de junio, cambiaron el panorama.

Tras llamadas de vecinos que informaron a las autoridades sobre esta situación, profesionales de la salud hicieron el seguimiento y tomaron las pruebas respectivas a estos ciudadanos, procedentes de una de las ciudades con más casos del virus en el país.

De acuerdo con la información recogida por Vanguardia, en el cerco epidemiológico desarrollado por la Secretaría de Salud Departamental, los dos nuevos contagiados –sumados a las cifras de la capital del Atlántico- no habrían tenido contacto con nadie en el municipio y por el momento no es necesario practicar más pruebas.

Margarita Lucía Vega Roberto, subsecretaria de Salud de San Gil, explicó que para tranquilidad de la población, la alcaldía hará un rastreo en la vereda donde residen estas personas y tomará las pruebas respectivas.

San Gil registra entonces un total de 121 pruebas tomadas negativas, se sabe que hay un grupo de resultados en espera, más los dos casos importados positivos. Barichara está a la expectativa de un resultado de otra persona que también llegó de Barranquilla.

Falta cultura ciudadana

Ante el riesgo ya evidente que representa la llegada de personas al municipio, Vega Roberto invitó a los sangileños a estar atentos e informar cualquier situación al 3184151615.

Aunque las personas que lleguen deben entrar en cuarentena por cuenta propia e informar de donde vienen, esto no sucede casi nunca, por eso la importancia del control ciudadano. Vega Roberto indicó que algo frecuente en estos controles ha sido la falta de cultura ciudadana y el irrespeto a las autoridades.

Al atender las denuncias de la comunidad y comunicarse con las familias para hacer el seguimiento, Vega indicó que “la gente es grosera, nos tira el teléfono”. La solución en este caso será llegar con todo el equipo de bioseguridad hasta las viviendas y acompañados por la policía, lo que pondría en evidencia social a todos los infractores.

Tomada: Vanguardia.

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