Sin ellos, los clubes de formación y los entrenadores, no existirían los James Rodríguez, Juan Guillermo Cuadrado y Falcao García, pero en tiempos de pandemia quedaron relegados y sin el respaldo necesario para seguir la lucha.
Si el fútbol profesional, que genera grandes recursos, pasa momentos difíciles a causa del impacto generado por el COVID-19, para el fútbol aficionado la situación es dramática.
Los entrenadores de los clubes de formación de Santander completaron tres meses sin laborar y, por ende, sin recursos debido a que su fuente de ingresos son los padres de familia que pagan por la formación deportiva de sus hijos.
Algunos han optado por los entrenamientos virtuales, pero no todos cuentan con los medios y tuvieron que acudir al rebusque.
“Son dos cosas. No todos están preparados para el trabajo virtual y tampoco todos tienen los medios para hacerlo. Además, los padres de familia están igual o en peor condición que los entrenadores. Un padre de familia no va a invertir plata en fútbol y dejar de comprar el mercado”, indicó Germán Wandurraga, estratega que lideró la ‘Futboltón’ para los entrenadores en el inicio de la pandemia.
Aquella colecta permitió que 350 directores técnicos recibieran un mercado y también $60.000.
“Estoy muy dolido con la Alcaldía, la Gobernación y los institutos de deportes, porque no hubo respaldo para los entrenadores. Nos ha tocado en el rebusque, hay entrenadores vendiendo empanadas, zapatos, ropa, tapabocas y lo que salga”, agregó Wandurraga.
Por su parte, Óscar Vesga, uno de los primeros entrenadores de Real Santander en el profesionalismo y quien ahora se dedica a los procesos formativos, reconoce las dificultades, pero al mismo tiempo busca soluciones.
“Nos vemos muy afectados como todos, pero para nosotros los entrenadores es difícil porque la restricción de la actividad física es muy notoria, pero gracias a Dios tenemos la aceptación de los padres y hemos tenido su colaboración para trabajar de manera virtual, no tenemos a todos los futbolistas, pero tenemos alrededor del 40% de los niños”, dijo Vesga.
El orientador, además, realizó un protocolo de bioseguridad y sueña con el pronto regreso a la actividad.
“Hemos generado unos protocolos, que sean para el beneficio del fútbol de la región, y con esos protocolos le estamos apostando al retorno el primero de julio. Mi anhelo es que sirvamos de modelo en la elaboración e implementación de estos protocolos. Esperando que nuestro fútbol regrese en julio en grupos pequeños, y que el fútbol aficionado también vuelva en la primera semana de septiembre, primero con los niños de 13, 14 y 15 años para arriba y posteriormente con los más pequeños en octubre”, indicó Vesga.
También en el mundo de los trabajos virtuales, aunque con un número reducido de alumnos, se encuentra César Vásquez, exjugador de Atlético Bucaramanga, quien tiene su escuela para la formación de jugadores, en Girón.
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